Holden Caulfield

A lo largo de nuestras vidas conocemos a un montón de personas. Conocemos a miles de personas, ya sean porque trabajan en la panadería a la que solemos ir, porque son clientes habituales del mismo sitio al que tú vas siempre o simplemente porque vais al mismo colegio. El caso es que siempre estamos conociendo a gente nueva.

Pero más allá de las personas a las que podamos llegar a conocer, que son muchas, conocemos más aún una cantidad infinita de personajes. Personajes de películas, de series, de libros. Personajes que te abren las puertas a sus vidas y te cuentan sus historias sin conocerte de nada, sin pensar en quién pueda estar escuchando su historia en esos momentos. El caso, es que normalmente los personajes son muy pasajeros, son de prestarle atención un par de horas al día, cuando estas leyendo el libro donde existen, o observándoles en la tele. Pero luego están esos personajes que te calan, que te marcan, que te hacen sentir de una manera más intensa su historia y se te queda dentro lo que cuentan, lo que transmiten.

Hace ya unos años, me leí uno de los libros que más me marcaron, y aunque no suelo releer libros por miedo a cambiar la percepción que tengo de ellos y su recuerdo (cuando me gusta mucho un libro, siento que si lo vuelvo a leer voy a encontrarle fallos, o voy a pensar que no es tan bueno como yo creía, aunque sé que cuando los releo me doy cuenta de una infinidad de cosas que al principio no había notado). Sé que me enrollo como una persiana, pero el libro del que hablo es EL GUARDIAN ENTRE EL CENTENO. No sé por qué este libro me gusta tanto porque realmente no va de nada, realmente, no va absolutamente de nada, cuenta unos días de la vida del protagonista, Holden, y nada más. Pero es que Holden es total y plenamente increíble.

Todo lo que he puesto al principio de la entrada es, básicamente, porque Holden Caulfield me marcó y desgarró. Es de esas personas que no te encuentras en la vida real, o tal vez si pero no las sabes ver del todo bien, porque es de esas personas totalmente reales. Piensa tantas cosas, y piensa tantas cosas que son ciertas y que nunca nadie se atreve o quiere decir. Y es el mismo, siempre va con la gorra roja de caza, esa que le representa tantísimo. ¿Ves? Holden Caulfield tiene una marca, tiene un sello, se le reconoce, se le reconoce porque siempre lleva la gorra roja. Y por el cigarro. Es la combinación. Pero en serio, quién en el mundo actual se pone siempre una misma prenda, sabiendo que los demás van a llamarte raro por ponerte siempre ESA misma cosa. Pero Holden es diferente.

Cuando digo que Holden piensa cosas que nadie se atreve a decir, lo digo de verdad. Hay una infinidad de citas del libro que me hicieron pensar y reflexionar, y otras, que directamente me las guardé y me las sé hasta de memoria. Hablo de citas como:

Me paso el día entero diciendo que estoy encantado de haberlas conocido a personas que me importan un comino, pero supongo que si uno quiere seguir viviendo, tiene que decir este tipo de tonterías

No existe una verdad más real, y lo pone tal cual. ¿Por qué siempre tenemos que tener el compromiso? "Encantada de haberte conocido" Encantada, ¿de qué? No me importas nada, te acabo de conocer, me hubiese dado igual conocerte que no conocerte, es tan real.

Y me encanta Holden porque es un falso, pero es sincero. Sabe que es falso y lo reconoce, lo reconoce diciendo que dice estar encantado de conocer a personas que realmente le importan una mierda (y perdón por la expresión) y lo reconoce también cuando dice que es un mentiroso. Porque reconoce que lo es.

Soy el más mentiroso que habéis visto en vuestras vidas. Es tremendo. Si estoy de camino a una tienda para comprar una revista, por ejemplo, y alguien me pregunta a dónde voy, soy capaz de decirle que me voy a la ópera. Es terrible.

GRACIAS. En serio, gracias J.D. Salinger por este libro y estas citas porque al fin y al cabo Holden existe gracias a ti, pero es que ???? sin palabras en serio. A lo mejor soy a la única a la que esta cita le da la vida pero es que me flipa como puede ser tan real y a la vez no serlo, ser capaz de reconocer lo que es y lo que no es, y me flipa porque yo también digo ese tipo de cosas y dios, no sé como decir que este personaje es genial.

¿Al igual es por aparentar algo más guay y sofisticado? Pero es que, realmente, no creo que sea por eso. No hay motivos. Es porque SÍ.

Y también me encanta que diga cosas del estilo "no digo nada de mis padres porque les darían dos ataques por cabeza si les dijera algo personal acerca de ellos". Y es tan cierto... Por estas cosas te sientes comprendida por un chico tan sin más. Que nunca conocerás y lo bonito es que le conoces al 100%.

Es muy suyo. Su forma de hablar es muy suya, su forma de expresarse es muy suya. Habla como una persona de 80 años siendo un chaval, en la manera de hablar me refiero. Y es tan suyo que no puede ser nunca de nadie más.

Y me encanta porque sabe que no sabe lo que hará. Sabe que hasta que no esté haciendo algo no sabrá si eso va a ser real o no, no sabe nada hasta que se hace. No se explicarme pero, es que, Holden sabe muchas cosas. Holden Caulfield es peculiar y es de esas personas que deseas conocer pero que no conocerás porque nadie puede ser tan real. Él deja de ser falso aunque sea falso.

Me encantaría hablar mucho más sobre las maravillas que contiene este libro, me encantaría poner más citas, pero creo que deberíais descubrirlas por vosotros mismos. Aunque supongo, que si no sois un poco como Holden, no entenderéis muy bien lo que quiere decir.

Veía necesario poner aquí algo sobre Holden, porque se lo ganó por si solo. Era raro que no lo hubiese hecho ya. Ojalá existieses de verdad, en serio. (Qué gilipollas me siento escribiendo esto cuando ni "existe").

Las últimas líneas de este libro me fascinan, y me parecen curiosas porque él nos ha contado mucho y nada a la vez en las páginas que tiene el libro, pero, el caso es que es un final, FINAL. Y, ciertamente, me parecía justo poner el final del libro en el final de esta entrada.

No cuenten nunca nada a nadie. Si lo hacen, empezarán a echar de menos a todo el mundo.