La divina comedia relata el viaje de Dante (Dante Alighieri es el autor de esta obra) por el infierno, el purgatorio (cuando nos morimos, o vamos al cielo directamente, al infierno o al purgatorio. El purgatorio es donde se encuentra la persona que ha muerto en gracia de Dios pero que aún no está plenamente purificada. Es un trance, después, se suele ir al cielo) y el paraíso.
¿No es genial? Digo, imaginarse en estos tres sitios. Yo me imagino en el infierno, con fuego por todas partes, mucha fiesta y mucho ruido. Pero también me imagino en el infierno encadenada, de manos y pies, sin ser libre, sin poder moverme. Tanto mi alma como mi cuerpo atrapados.
Y me imagino en el paraíso, toda de blanco, volando por las nubes y con música celestial, sonando arpas y todo. Sinceramente, me imagino el paraíso de una manera muy aburrida, pero supongo que eso es mil veces mejor que vivir eternamente encadenada.
Y el purgatorio... Me imagino ahí estresada, muy estresada. Sin saber qué va a ser de mi, sin saber hacía dónde iré finalmente. ¿Ganarán mis cosas buenas, o mis cosas malas? ¿Qué he hecho más en esta vida? Es algo que suelo pensar habitualmente. ¿Y si no me estoy dando cuenta y estoy cometiendo miles de injusticias? Está claro que todos cometemos injusticias y que todos tenemos nuestra pizca de maldad, aunque sea solo en el pensamiento, pero realmente nadie es perfecto y todos hacemos cosas malas. Pero y si a la hora de la verdad, gana esa balanza, la balanza de las injusticias, de la arrogancia, de los celos... Sería un momento de mucha angustia. Mucho estrés. El ¿qué pasará? Es como cuando acabas de hacer un examen y tienes que esperar a saber si estás aprobada o suspendida.
Me apasiona la idea que tuvo Dante al hacer esto, porque da vida a tres mundos. Tres mundos que se reflejan en nosotros. Tres mundos que son la humanidad. El infierno, reflejado en aquellas personas que hacen el mal, en los viciosos. El paraíso, reflejado en aquellas personas nobles, en las personas que creen que esta humanidad tiene algo bueno. Reflejado en esas personas que ven la vida con amor, con ilusión. Considero que en la divina comedia se muestra la vida. Todo lo que hay sobre la vida y todo lo que sabemos sobre la vida, se muestra como viven algunas personas su vida y como las viven otras, se muestra todas las miserias que hay y también todos los regalos. Y lo mejor de todo, es que no solo se muestra la vida, también se muestra su total contrario, la muerte. ¿Pero qué es la muerte sin vida? La muerte forma parte de la vida y la vida forma parte de la muerte, ninguna puede vivir sin la otra, por lo que la muerte es un regalo de la vida. ¿Por qué creemos que es triste morir? No sabemos qué hay detrás de la muerte. La vida y la muerte están más unidas de lo que a ellas mismas les gustaría, están pegadas, espalda con espalda. Y la muerte, que se supone que está muerta, también tiene su propia vida.
En este poema hay escritas cada joya que me gustaría que leyéseis:
No hay mayor dolor en el infortunio que recordar el tiempo feliz
Cuando estás en una época mala de tu vida y estás triste y enfadado con el mundo, lo que más te duele es saber como eras antes, como estabas antes. Mirarte en el espejo y ver en el reflejo a una persona que ya no tiene el mismo brillo en los ojos que en el pasado, ver reflejado a un igual pero con una expresión diferente, verse cambiado, verse apagado. Eso es, sin duda, lo más doloroso. Ver como han cambiado las cosas y que no se puede volver en el tiempo para poder ser quien una vez se fue.
A quien mucho se le da, mucho se espera de él
Esto es totalmente cierto. Cuando conoces a una persona que tiene muchísimos medios, que lo tiene todo para lograr cualquier cosa, esperas que la logre y con creces. Cuando a una persona se lo han facilitado absolutamente todo, cuando se lo dan hasta masticado, tú das por sentado que le va a salir algo absoluto dado que ya lo tenía en la palma de las manos. Y si no, es que no supo aprovechar todo lo que tenía, que simplemente, no se lo merecía.
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