Últimamente pienso mucho sobre las conexiones que tienen las cosas. Pienso mucho que está todo conectado.
Pasado. Presente. Futuro. Parece que son cosas totalmente independientes, pero hasta el tiempo está conectado entre si. No hay presente si no hubo un pasado anteriormente. No puede haber un futuro si no hubo algo vivido anteriormente. Hasta el tiempo está sumamente conectado.
Y aunque no lo parezca, vivimos el pasado más de una vez. Quiero decir, a la hora de entrar en tu propia casa, pasas por la puerta. Cuando estás dentro estás en tu presente, la puerta que has utilizado para entrar es pasado ya, pero cuando salgas de casa, vas a salir por la misma puerta que anteriormente era pasada. Has vuelto a pasar por un pasado tuyo.
O vivimos en círculos o vivimos en una línea recta. Depende de la persona. Pero me supongo que tarde o temprano todo el mundo enfocará su vida en una línea. Básicamente porque si vas en círculos, cuando te encuentres una piedra en el camino te caerás, cuuando te levantes y sigas, al ser un círculo, volverás a caer en la piedra con la que te tropezaste anteriormente. Y así será siempre, dado que siempre será el mismo patrón. Repetirás el pasado más veces de las que tocaría.
En cambio, si lo centras todo en una línea, cuando te encuentres una piedra y te caigas, al levantarte seguirás hacia delante, y no te la volverás a encontrar más, al menos esa no. Queda totalmente en el pasado, porque en la línea no vuelves a pasar por el mismo sitio, a no ser que retrocedas.
Pero cuando hablo de que las conexiones están por todas partes es porque es verdad, estamos conectados a nuestro planeta, sin él no existiríamos. Pero también al oxígeno y a todas esas cosas a las que no les solemos dar importancia. Y estamos conectados de mil maneras diferentes entre nosotros.
"Existe" una cosa que me gusta mucho y de la que yo suelo pensar con frecuencia, que se hace llamar como el hilo rojo del destino. Básicamente dice, que todos estamos conectados. Existe un hilo invisible para nuestros ojos que conecta a todos y a cada uno de los seres que hay en el planeta, hasta las personas que viven en Japón con nosotros. Contra más cerca está ese hilo, más confianza tienes con esa persona, más le quieres, más necesitas que esté bien. Cuando es muy largo es todo lo contrario, tal vez que ni si quiera os habéis conocido. Pero eso no significa que no esté, y que no se haga uso de él, pues aunque no conozcas a las personas, si vieses como alguien tiene un accidente, aunque sea alguien que no conoces absolutamente de nada, te pondrías triste, te sabría mal, puede ser que hasta llorarías. Porque quieras o no estamos conectados. Siempre. Y si el destino lo quiere, te conectará del todo con ciertas personas.
También existe el hijo dorado, que también me parece muy interesante. Este hilo conecta nuestro cuerpo con nuestra alma, y me parece super curioso. Es un hilo que es absolutamente indestructible, menos cuando mueres. Cuando mueres esté hilo se rompe, para dejar el alma libre y separarla definitivamente del cuerpo. Se supone que cuando se hacen los viajes astrales esté hilo se hace más largo, pero no se destruye, por ello nos podemos ver a nosotros mismos desde el alma y luego volver en si. Los viajes astrales, básicamente, es cuando estando dormido (también se pueden provocar, pero los que no se provocan suelen pasar por si solos mientras dormimos) derrepente te despiertas pero no puedes chillar ni nada, y tú te puedes ver a ti mismo en la cama durmiento pero realmente no estás allí y solo es tu cuerpo.
Dependemos mucho de todo. Si fuesemos independientes totalmente y no estuviésemos conectados con nada, no podríamos vivir. Hasta la vida está conectada con la muerte. ¿Qué es la vida, sin una muerte? ¿Y la muerte sin vida? Pero ¿y si la muerte tiene su propia vida? Son una misma moneda con caras diferentes.
No podemos desconectar, no podemos hacerlo ni un solo segundo.