No me acuerdo exactamente de dónde te conocí, ni de cómo fue, ni si quiera me acuerdo de cuáles fueron las primeras palabras que intercambiamos. Solo me acuerdo de cómo me mirabas a los ojos, y de cómo yo examinaba los tuyos. Y recuerdo lo limpia y pura que era tu mirada. La profundidad de tu mirada, tan profunda como el mar, un mar que deseaba descubrir, quería llegar al fondo. Tu mirada siempre transmitía paz y calma, pero recuerdo, que cuando te vi por primera vez, tenías la mirada triste. En ese entonces no sabía el por qué. Solo sabía, que a partir de ese momento, mi necesidad primaria ibas a ser tú.
La primera vez que sentí el amor en el más amplio significado de la palabra fue cuando por primera vez nos fundimos en un mismo cuerpo, cuando en vez de dos, éramos uno. Cuando la habitación se llenó por completo de nuestros murmuros de placer y no hacía falta decir nada para transmitirnos lo mucho que nos amábamos. Esa vez sí que la recuerdo perfectamente. Recuerdo la expresión de tu rostro, con los ojos cerrados y la boca entreabierta. Recuerdo que supe, que tú, eras el amor. ¿Cómo la gente puede enamorarse de personas diferentes si el amor eres tú?
Y también recuerdo la peor noche que viví, cuando todo dejó de ser bonito, cuando el amor fue reemplazado por el miedo, luego se convirtió en dolor y ese dolor llegó a transformarse en rabia. Pero sigo amándote. Fue esa misma noche cuando entendí porque tenías esa mirada triste la primera vez que te vi. Esa noche la sangre fue derramada, esa misma sangre que te ardía cada vez que nos uníamos. Recuerdo como de tus venas salía un líquido espeso de un rojizo tan apasionado y fuerte como nuestro amor. Hasta tu sangre era bonita.
Al igual que descubrí el amor contigo, descubrí también el dolor más dolor que puede llegar a existir. No podíamos estar juntos porque la sociedad no nos lo permitía, y tú decidiste que era mejor quitarte tú la vida a que te la quitasen los demás. Querías ser hasta la dueña de tu muerte.
Todos te querían ver morir. "¿Cómo un hombre se hacía ver como una mujer? ¿Cómo un hombre se atrevía a decir que ERA una mujer?" Iban a por ti, a por nosotros. A por lo único bonito que había en nuestras vidas. No podíamos estar juntos.
Antes de verte morir, solía sentirme triste. Triste por nosotros, triste por nuestro amor que a ojos de otros era pecador. Triste, siempre triste. Pero al menos tenía la suerte de conocer el amor.
Lo que sentí cuando te vi caer en el suelo de tu habitación, esa habitación que conocía nuestros recuerdos más secretos, fue desgarrador. Me hundiste en la soledad. Me diste la vida en días contados y me la quitaste cuando decidiste morir.
He olvidado la mayoría de tus recuerdos, pero me niego a pensar que ya no existes.
A ojos de los demás, yo también dejaré de existir. Me reúno esta noche contigo, mi amor. De todos modos, yo ya había dejado de vivir cuando te perdí.
La naturaleza dejará de ser salvaje, la paz total llega esta misma noche, me voy de viaje a donde estás. Una vez te prometí que no me separaría de ti y desde que te fuiste he estado deseando volver a ti.